El Color es otro factor a tener en cuenta al seleccionar diamantes. El color es considerado como la sutil “C”, pues es la característica más difícil de determinar. 

Se requiere ver la gema en un ambiente controlado, con adecuada iluminación y sobre un fondo blanco. 

Es necesario comparar el diamante con diamantes maestros calibrados previamente por el GIA (Gemological Institute of America) o por la AGS (American Gem Society) y analizar con un ojo entrenado para poder encontrar la correcta diferenciación de los colores. 

Los diamantes incoloros son los más caros, pero los diamantes pueden variar en color desde casi incoloros hasta amarillos, marrones e incluso negros. Una vez más, el color no es tan visible como el corte, por lo que no es tan importante al elegir diamantes para joyas.

Las primeras 3 C’s son importantes pero la más es el Corte. El Corte es el arte de elaborar con precisión un diamante para sacar su brillo. 

Es el factor que le da a un diamante su forma, lo que lo hace destacar entre la multitud. 

Un Corte Ideal Original es el más deseable, ya que ha sido elaborado con los estándares más altos y exigentes. 

Este corte es famoso por su exquisito brillo y ha sido el estándar para el corte de diamantes durante más de 100 años.

El valor de un diamante se da por una combinación de variables:

¿Qué tanto Carat o peso tiene? 

¿Cuál es la Claridad del diamante? 

¿Cuál es el Color del diamante? 

¿Qué tipo de Corte tiene? 

La mayoría de la gente busca lo visible o el Carat o peso pero no siempre un diamante más grande indica mayor valor. Tenemos el ejemplo con un diamante de una clienta que, por un accidente, su diamante recibió un golpe tan importante que llegó a romperse. 

Recibimos el diamante para volver a cortarlo con el Corte Ideal Original lo cual hizo que el Carat o Peso de su diamante disminuyera; pero al quitarle una parte que tenía inclusiones mejoró la Claridad de éste por lo que su diamante, aunque más chico, tenía mejor calidad y aumentó su valor.

En resumen, las 4Cs, Carat, Claridad, Color y Corte juegan un papel importante en la determinación de la calidad y el valor de un diamante. 

Pero aún así: ¡Corte es el rey!

Finalmente, la quinta C de la que pocos hablan: Confianza. 

Siendo piezas de una gran inversión, no se pueden adquirir con cualquier joyero. Carranza Y Carranza, su joyero de confianza con más de 65 años en el mercado, le asegurará no solo la calidad y veracidad de los materiales, sino también de la excelencia de ejecución al momento de crear la joyería. 

¿Por qué es importante esto?

Porque las joyas son para disfrutarlas. Imagíne tener guardada una joya porque al usarla pierde su forma.

La última cosa en la que nos fijamos al comprar joyería o diamantes es el Equilibrio. 

Esta es la más difícil de explicar. Una joya debe de tener una personalidad, transmitir una emoción, te debe de hacer sentir especial al sentirla y portarla. 

No todas las joyas son para todos, muchas veces adquirimos una joya pensando ya en alguno de nuestros clientes, su personalidad y su gusto por la vida.